El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo caso omiso de los duros comentarios del Presidente Trump hacia los mexicanos durante las elecciones de 2016 y otros extranjeros, pero dos años después y con el riesgo latente de una reacción pública no tan positiva en México se dio la visita del pasado miércoles al presidente de los Estados Unidos en Washington D.C. "La historia nos dice que es posible entenderse sin arrogancia o extremismo", dijo López Obrador en el Jardín de las Rosas al lado de Trump, agregó: "Gracias, presidente Trump por ser cada vez más respetuoso con nuestros semejantes mexicanos".
En las palabras del Presidente Trump: “El mejor presidente que ha tenido México, Benito Juárez García, pudo, como usted lo mencionó, entenderse con el gran presidente republicano Abraham Lincoln. Recordemos que este gran líder histórico estadounidense, el impulsor de la abolición de la esclavitud, nunca reconoció al emperador Maximiliano, impuesto en México con la intervención del poderoso ejército francés. No es casual que Juárez haya lamentado el asesinato de Lincoln, diciendo: “He sentido profundamente esta desgracia porque Lincoln, que con tanta constancia y decisión trabajaba por la completa libertad de sus semejantes, era digno de mejor suerte…”
Lo mismo sucedió con la espléndida relación que mantuvieron, a pesar de las circunstancias difíciles, el presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt y nuestro presidente patriota, el general Lázaro Cárdenas del Río.
A lo que el Presidente Andres Manuel López Obrador culminó su discurso con estas palabras: “Pero lo que más aprecio, es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía”.
En vez de la Doctrina Monroe, usted ha seguido, en nuestro caso, el sabio consejo del ilustre y prudente George Washington, quien advertía que “las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”. Usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente. Por eso estoy aquí, para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto.
Nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano.
¡Que viva la amistad de nuestras dos naciones!
¡Que viva Estados Unidos de América!
¡Que viva Canadá!
¡Que viva nuestra América!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
Luego, bajo un sol abrasador de la tarde, los presidentes firmaron una declaración conjunta que señala las restricciones impuestas para abordar la pandemia de COVID-19 y elogiaron el nuevo acuerdo comercial como una receta para que cada parte reconstruya su economía. Trump estableció un tono conciliador todo el tiempo durante su discurso.
El comercio entre Estados Unidos y México superó los $614 mil millones el año pasado y 36 millones de ciudadanos México-americanos, según funcionarios mexicanos de sectores como la fabricación de productos electrónicos (TV, Smartphones y otros), Automotriz y Aeroespacial. Texas depende en gran medida de ese comercio, con exportaciones a México de $109 mil millones, el principal mercado extranjero del estado, e importaciones un poco más bajas.